Conselheira
da Embaixada de Cuba no Brasil
A
morte de José Martí em 19 de maio de 1895 em Dos Ríos representa um dos
momentos mais transcendentais e dolorosos da história de Cuba. Sua queda em
combate não apenas marcou a perda de um líder, mas também consolidou sua figura
como um símbolo eterno da luta pela independência e justiça social.
A
morte de Martí foi um duro golpe para a revolução da independência cubana.
Naquela época, a nação perdeu seu principal líder intelectual e político, que
organizou e deu sentido à chamada "Guerra Necessária" para libertar
Cuba do domínio colonial espanhol.
Martí
fundou o Partido Revolucionário Cubano e foi o principal organizador da guerra
de independência, demonstrando que não era apenas um homem de ideias, mas
também um líder disposto a dar a vida por seu país.
Após
sua morte, Martí se tornou o "Apóstolo da independência", um símbolo
de entrega total à causa cubana e modelo de pensamento político, cujos ideais
de justiça social e soberania nacional continuam vigentes na sociedade cubana.
Seu exemplo de morrer "de cara para
o sol", como ele mesmo havia escrito em seus versos, reforçou a imagem
de um líder coerente entre palavra e ação, disposto a sacrificar-se pela
liberdade de seu povo.
A
carta inconclusa que escreveu a Manuel Mercado, um dia antes de sua morte, foi
considerada seu testamento político. Nela, Martí expressa sua preocupação em
evitar que os Estados Unidos estendesse seu domínio sobre as Antilhas,
reafirmando seu caráter antiimperialista e sua visão de uma Cuba soberana
quando disse: “já estou todos os dias em
perigo de dar minha vida por meu país, e por meu dever - já que o entendo e
tenho forças para realizá-lo - de impedir a tempo com a independência de Cuba
que os Estados Unidos se estendam pelas Antilhas e caiam, com essa força a
mais, sobre nossas terras da América. Tudo que fiz até hoje, e farei, é para
isso. Em silêncio teve que ser e como indiretamente, porque há coisas que para
serem alcançadas devem andar ocultas, e ao se proclamarem pelo que são
levantariam dificuldades muito rígidas para alcançar sobre elas o fim.
Nesta
mesma carta, Martí, sempre oposto ao anexionismo, “…impedir que em Cuba se abra, pela anexação dos imperialistas de lá e
dos espanhóis, o caminho que deve ser cegado, e com nosso sangue estamos
cegando, da anexação dos povos da nossa América, ao Norte revolto e brutal que
os despreza”.
E além
disso, ele compreende que o perigo não é apenas para Cuba: “E o México, não encontrará um modo sagaz,
efetivo e imediato, de auxiliar, a tempo, quem o defende? Sim, ele encontrará,
- ou eu o encontrarei. - Isso é morte ou vida, e não cabe errar.”
Em seu
ensaio Nossa América alertou sobre o
perigo do expansionismo norte-americano, que se engendrava no "norte revolto e brutal", convocando
à unidade latino-americana que o Libertador Simón Bolívar havia lançado anos
antes, onde manifesta seu profundo entendimento das ameaças que o imperialismo
representava para a região, e chama à necessária unidade latino-americana "É a hora da contagem e da marcha unida e
devemos andar, em quadro apertado, como a prata nas raízes dos Andes."
Martí
deixou um modelo de pensamento e ação que inspirou as gerações posteriores,
incluindo os líderes da Revolução Cubana de 1959, que viram nele a raiz
ideológica e moral de sua luta.
Hoje,
a figura de Martí é central na identidade nacional cubana. Ele é lembrado como
"o mais universal dos cubanos",
e sua vida e obra são objeto de homenagem e estudo constantes. Seu exemplo
continua a ser uma guia ética e política para o povo cubano, que o reconhece
como o Herói Nacional.
A
comemoração anual de sua queda é um momento de reafirmação dos valores de
independência, dignidade e justiça que ele defendeu até seu último suspiro. A
130 anos da queda em combate de José Martí, seu exemplo continua a inspirar a
luta pela soberania e pela justiça do povo cubano.
Autor:
Idalmys Brooks
Consejera de la Embajada de Cuba en
Brasil
La
muerte de José Martí el 19 de mayo de 1895 en Dos Ríos representa uno de los
momentos más trascendentales y dolorosos en la historia de Cuba. Su caída en
combate no solo marcó la pérdida de un líder, sino que también consolidó su
figura como símbolo eterno de la lucha por la independencia y la justicia
social.
La
muerte de Martí fue un duro golpe para la revolución independentista cubana. En
ese momento, la nación perdió a su principal líder intelectual y político,
quien había organizado y dado sentido a la llamada "Guerra Necesaria"
para liberar a Cuba del dominio colonial español.
Martí
había fundado el Partido Revolucionario Cubano y fue el principal organizador
de la guerra de independencia, demostrando que no solo era un hombre de ideas,
sino también un líder dispuesto a dar la vida por su patria.
Tras
su muerte, Martí se convirtió en el "Apóstol de la independencia", un
símbolo de entrega total a la causa cubana y modelo de pensamiento político,
cuyos ideales de justicia social y soberanía nacional siguen vigentes en la
sociedad cubana.
Su
ejemplo de morir "de cara al sol", como él mismo había escrito en sus
versos, reforzó la imagen de un líder coherente entre palabra y acción,
dispuesto a sacrificarse por la libertad de su pueblo.
La
carta inconclusa que escribió a Manuel Mercado, un día antes de su muerte, ha
sido considerada su testamento político. En ella, Martí expresa su preocupación
por evitar que Estados Unidos extendiera su dominio sobre las Antillas,
reafirmando su carácter antiimperialista y su visión de una Cuba soberana
cuando dijo: “ya estoy todos los días en
peligro de dar mi vida por mi país, y por mi deber- puesto que lo entiendo y
tengo fuerzas con qué realizarlo- de impedir a tiempo con la independencia de
Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa
fuerza más, sobre nuestras tierras de América.
Cuanto hice hasta hoy, y haré, es para eso. En silencio ha
tenido que ser y como indirectamente, porque hay cosas que para lograrlas han
de andar ocultas, y de proclamarse en lo que son levantarían dificultades
demasiado recias para alcanzar sobre ellas el fin.”
En esa
misma carta Martí, opuesto siempre al anexionismo, “…impedir que en Cuba se abra, por la anexión de los imperialistas de
allá y los españoles, el camino que se ha de cegar, y con nuestra sangre
estamos cegando, de la anexión de los pueblos de nuestra América, al Norte
revuelto y brutal que los desprecia”.
Y además
comprende que el peligro no es solo para Cuba: “Y México, ¿no hallará modo sagaz, efectivo e inmediato, de auxiliar, a
tiempo, a quien lo defiende? Sí lo hallará, - o yo se lo hallaré. - Esto es
muerte o vida, y no cabe errar".
En su
ensayo Nuestra América alertó sobre
el peligro del expansionismo norteamericano, que se engendraba en el “norte
revuelto y brutal”, convocando a la unidad latinoamericana que el Libertador Simón
Bolívar había lanzado años antes, donde manifiesta su profundo entendimiento de
las amenazas que el imperialismo encarnaba para la región, y llama a la
necesaria unidad latinoamericana "Es
la hora del recuento y de la marcha unida y hemos de andar, en cuadro apretado,
como la plata en las raíces de los Andes."
Martí
dejó un modelo de pensamiento y acción que inspiró a las generaciones
posteriores, incluyendo a los líderes de la Revolución Cubana de 1959, quienes
vieron en él la raíz ideológica y moral de su lucha.
Hoy,
la figura de Martí es central en la identidad nacional cubana. Se le recuerda
como "el más universal de los cubanos", y su vida y obra son objeto
de homenaje y estudio constante. Su ejemplo sigue siendo una guía ética y
política para el pueblo cubano, que lo reconoce como el Héroe Nacional.
La
conmemoración anual de su caída es un momento de reafirmación de los valores de
independencia, dignidad y justicia que él defendió hasta su último aliento.
A 130 años de la caída en combate de José Martí su ejemplo continúa inspirando la lucha por la soberanía y la justicia del pueblo cubano.
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