Por Carmen Diniz*. - Tradución Laura Mor #NobelMedicosCubanos
Mientras la humanidad pide ayuda en
medio de una pandemia, el gobierno de Estados Unidos insiste en atacar a Cuba e
intentar descalificar a sus médicos y su capacitación, incluso en países que han
sido beneficiados de sus servicios, como Brasil.
En política internacional, ciertas declaraciones o actos se entienden
dentro de parámetros racionales y aceptables debido a aspectos políticos o
intereses que son incluso oscuros y difíciles de aceptar, en esta última
modalidad, especialmente la cuestión de las guerras que los seres humanos
desaprueban. Ciertas decisiones son objetables porque se sabe el interés, en el
caso de las guerras, de la venta de material de guerra que no agrada a ningún
ser racional, excepto aquellos que se benefician de las desgracias de otros.
Sin embargo, hay ciertas situaciones que no se sabe cómo definir, incluso
para aquellos que se especializan en geopolítica.
Es de sentido común que el capitalismo está en baja, la crisis por la que
pasa este sistema y la desesperación de los "dueños del capital". No
es aceptable, pero es posible entender lo que sucede en estas situaciones
límite y es al menos definible.
Este no es el caso del imperio estadounidense en relación con Cuba en la
actualidad. No es la crisis del sistema lo que mueve al gobierno del Norte, no
es la preparación de una guerra o la creación de razones para empezar un
conflicto u obtener ventajas financieras o competencia, sino que es algo que
está más allá de las motivaciones racionales, mucho más allá. No existe una
explicación plausible para tanta persecución que no sea la definición de psicopatía
o trastorno obsesivo que sólo se aplica a individuos y no puede extenderse a
una entidad legal, entidad o gobierno.
Además de todas las medidas tomadas contra Cuba que ya son conocidas como
el bloqueo, las leyes hostiles (mal nombradas), los actos de terrorismo
practicados o encubiertos por el gobierno de EE.UU., las difamaciones, la
calumnia, en resumen, una serie de ataques contra el pueblo cubano, llega la
noticia de otra modalidad: tomar como rehén a la Organización Panamericana de
la Salud (OPS) con amenaza de corte de recursos de esa entidad si no hace una
"investigación" sobre el acuerdo celebrado entre el gobierno
brasileño y el gobierno cubano con la intermediación de la OPS del Programa
Mais Médicos, el cual se desarrolló entre 2013 y 2018 en Brasil. (https://www.defesanet.com.br/ghbr/noticia/37488/EUA-anuncia-que-Opas-ira-investigar-envio-
de médicos cubanos a Brasil)
Al anunciar esta supuesta 'denuncia' como una victoria, el Secretario
Pompeo intenta una vez más crear una narrativa de que los médicos cubanos son
explotados, lo que ya no convence a nadie, y esta vez también pone en sospecha
al gobierno brasileño de ese período como cómplice de una supuesta explotación.
La OPS está directamente vinculada a la Organización Mundial de la Salud
(OMS) de quien el gobierno estadounidense retiró todas las contribuciones
financieras hace poco más de un mes, en medio de una pandemia que también está
afectando al pueblo estadounidense.
Es imposible aceptar que en el momento en que la humanidad pide ayuda, en
una implacable pandemia que afecta indistintamente a todo el planeta, un
gobierno en este contexto continúe persiguiendo inhumana y obsesivamente a los
médicos cubanos y a Cuba, que está mostrando un ejemplo de solidaridad con el
mundo.
La obsesión no se adecúa a una empresa, entidad o gobierno, especialmente
si no hay enemigos en este caso. Cuba nunca ha atacado a los Estados Unidos,
nunca ha practicado ningún acto de hostilidad contra el pueblo estadounidense y
ha sufrido un bloqueo durante casi seis décadas, sobreviviendo con dificultad
pero con mucha dignidad. Pero esta es la única definición para la persecución:
es un caso de obsesión, desorden compulsivo o algo así, es la única explicación
plausible.
En este episodio, el imperio en decadencia también ataca a Brasil y a
cualquier otro país que recibe médicos cubanos. Es inaceptable y actos como
este no pueden ser admitidos pasivamente sin indignarse por esta agresión.
Qué papel tan triste es atacar, de forma gratuita, todo lo relacionado con
la isla. Vergonzosa actitud.
No vengan a hablar de médicos cubanos en Brasil, señores, porque se
sorprenderán de lo que el pueblo brasileño tiene que decir sobre ellos, el
cariño, el afecto y la amistad que dejaron aquí. Nada cambió. Este intento de
agresión es repugnante y fracasará nuevamente. La verdad siempre aparece y la
indignación permanece ante actitudes tan lamentables.
Aquí sigue la solidaridad con Cuba, una que no puede ser bloqueada, porque
sin duda es el lado correcto de la historia. Esa misma historia que sin duda
les condenará.
*Coordinadora del Comité Internacional Paz, Justicia y Dignidad a los
Pueblos – Capítulo Brasil
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