A árvore, que tem uma função natural de
compartilhamento de recursos, deve ser símbolo de "cooperação" e
"desenvolvimento compartilhado" entre os membros do Brics.
A Sumaúma (ceiba pentranda) é um símbolo sagrado da
floresta amazônica. A árvore da família das bombacáceas, de grande porte —
que pode chegar a ter até 70 metros de
altura —, é reconhecida por ter um tronco espesso de raízes tabulares e frutos
fibrosos: pequenas esferas que contêm sementes em seu interior, envolvidas sob
uma camada branca de paina, que pode ser usada como alternativa ao algodão.
Ela é uma árvore de múltiplas funções: além de ser
sagrada para os povos nativos do continente sul-americano (apelidada de
"guardiã da floresta" e "mãe das árvores", tem uma
propriedade natural de grande significado: a sumaúma é capaz de retirar água do
solo profundo, mesmo em tempos de seca, e de compartilhá-la com a vegetação
circundante, deixando a floresta "alimentada".
Foi essa árvore nativa de regiões tropicais a
escolhida, na última sexta-feira (20), para ser o símbolo dos Brics (grupo de
países do Sul global cujos principais membros são Brasil, Rússia, Índia, China
e África do Sul).
A sumaúma vai compor a logomarca da identidade visual
dos Brics a partir de 2025, quando o Brasil deve assumir o posto de presidente
temporário do grupo, seguindo a rotatividade da posição.
A árvore deve simbolizar a "cooperação" e o "desenvolvimento compartilhado" dos membros, justamente por sua função natural no compartilhamento de recursos.
No início de 2024, o presidente Lula plantou, no
jardim da residência oficial do governo, o Palácio da Alvorada, em Brasília —
cidade que sediará o encontro dos Brics no ano que vem — duas mudas de sumaúma.
Há diversos outros usos conhecidos para a árvore
sagrada, cuja seiva tem propriedades medicinais. É a partir dela, informa o
Instituto Osoka Amazônia, que se extrai o composto para o medicamento que trata
a conjuntivite.
A casca, por sua vez, tem propriedades diuréticas e
pode ser usada para a produção de um chá que auxilia no tratamento da
hidropisia do abdômen e da malária, além do combate a fungos e bactérias.
Na Floresta Nacional do Tapajós, no estado do Pará,
está uma das mais antigas árvores de sumaúma, que tem entre 900 e 1000 anos de
idade e mede mais de 45 metros de altura. A árvore gigante pode
"umidificar" o arredor com até mil litros diários de água lançada à
atmosfera, e é uma peça importante da regulação climática e do abastecimento de
rios aéreos da região — e do planeta.
Por Anne
Silva
Brics: el «sagrado» árbol amazónico elegido como nuevo símbolo del grupo
El árbol, cuya función natural es compartir recursos, debería ser un símbolo de «cooperación» y «desarrollo compartido» entre los miembros de los BRICS.
El Sumaúma (Ceiba pentranda) es un símbolo sagrado de la selva amazónica. Este gran árbol de la familia de las bombacáceas, que puede alcanzar hasta 70 metros de altura, es conocido por su grueso tronco con raíces tabulares y sus frutos fibrosos: pequeñas esferas que contienen semillas en su interior, envueltas en una capa blanca de pelusa, que puede utilizarse como alternativa al algodón.
Es un árbol con múltiples funciones: además de ser sagrado para los pueblos nativos del continente sudamericano (apodado el «guardián de la selva» y la «madre de los árboles»), posee una propiedad natural de gran importancia: la ceiba es capaz de extraer agua del suelo profundo, incluso en épocas de sequía, y compartirla con la vegetación circundante, dejando la selva «alimentada».
Fue este árbol originario de las regiones tropicales el elegido el pasado viernes (20) para ser el símbolo de los BRICS (un grupo de países del Sur global cuyos principales miembros son Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica).
La ceiba constituirá el logotipo de la identidad visual de los BRICS a partir de 2025, cuando Brasil deba asumir la presidencia temporal del grupo, tras la rotación del cargo.
El árbol debe simbolizar la «cooperación» y el «desarrollo compartido» de los miembros, precisamente por su función natural de compartir recursos.
A principios de 2024, el presidente Lula plantó dos arbolitos de ceiba en el jardín de la residencia oficial del gobierno, el Palácio da Alvorada, en Brasilia, la ciudad que acogerá la cumbre de los BRICS el próximo año.
Se conocen otros usos del árbol sagrado, cuya savia tiene propiedades medicinales. Según el Instituto Osoka Amazônia, es de la savia de donde se extrae el compuesto para el medicamento que trata la conjuntivitis.
La corteza, por su parte, tiene propiedades diuréticas y se puede utilizar para producir un té que ayuda a tratar la hidropesía del abdomen y la malaria, además de combatir hongos y bacterias.
En la Selva Nacional de Tapajós, en el estado de Pará, se encuentra una de las ceibas más antiguas, que tiene entre 900 y 1000 años y mide más de 45 metros de altura. El árbol gigante puede «humidificar» su entorno con hasta mil litros de agua al día liberados a la atmósfera, y es una parte importante de la regulación del clima y del suministro de los ríos aéreos de la región - y del planeta.
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